«El 11 de mayo de 2012, en un auditorio a reventar de la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México, Enrique Peña Nieto fue acorralado por jóvenes que le reclamaban su papel en la violenta represión policial contra pobladores en San Salvador Atenco y la violación de mujeres por parte de policías bajo su mando. El candidato presidencial del PRI dijo, en una declaración grabada: “Fue una acción determinada personalmente, que asumo personalmente, para restablecer el orden y la paz”.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos asumió el caso en 2011, después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos determinó que al menos once mujeres fueron víctimas de violación y los pobladores –que se oponían a la expropiación de sus tierras para el aeropuerto de Vicente Fox–, violentados en todos sus derechos: detenciones ilegales y tortura física, psicológica y sexual, así como la negación de la justicia: hasta la Suprema Corte decidió –nada raro– darle la razón al Gobierno por sobre los ofendidos.
El caso Atenco sigue en la Corte Interamericana hasta hoy. La declaración de culpabilidad ya está: quien dio la orden fue Peña. Él mismo lo dijo. Y aunque ha pasado tiempo y nadie piensa en eso, el expresidente podría ser llevado a un juicio que muy probablemente perderá.
Poco después de aquella protesta, Arturo Escobar y Vega, parte de la dirección nacional del Partido Verde, culpó al ahora Presidente. “La información que se nos da al final es que grupos cercanos a Andrés Manuel López Obrador la tarde de ayer estuvieron promoviendo y organizando a estos jóvenes para que provocaran al candidato [Peña]”, dijo. A Escobar y Vega se le entregó la Subsecretaría de Gobernación por ése y otros favores. Ahora es aliado de Morena. Aparece junto a sus candidatos»: Alejandro Páez Varela.