Ser líder no es un trabajo sencillo porque no solo se trata de cumplir con las exigencias que requiera el puesto o que haga crecer eficazmente a la empresa, debe ser un modelo del buen actuar, que inspire, impacte en las personas con las que se trabaja y confíe en su equipo, a la par que los impulse a crecer.
Un error común en los líderes ante las presiones que tienen es querer hacer todo, olvidando a los colaboradores, lo que puede generar conflictos, deterioro en la productividad y mayores cargas de trabajo. En cambio cuando el líder es ejemplar, sabe confiar en las personas, entrega responsabilidades y les ayuda en su crecimiento profesional e incluso personal.

“Al enfocarte con quién trabajas y no en cómo hacerlo, logras tus metas, tu nivel de realización, y por lo tanto, la libertad aumentará dramáticamente en todas las áreas clave: tiempo, dinero, relaciones y propósito”, explican Dan Sullivan y Benjamin Hardy, autores del libro «Quién, no cómo, la fórmula para delegar mejor, fortalecer equipos y obtener grandes logros».
Los autores explican que al tener una acción sencilla como esta, aumenta el compromiso de las personas, además que al líder le permite aclarar mejor los objetivos y visión sobre el proyecto con lo que puede innovar y diversificar más. De ahí la importancia de convertirse en un líder auténtico.
Cuando se es un líder auténtico, además de aumentar el compromiso se producen mejores resultados a nivel organización y personal, por lo que se debe trabajar en ser uno, pero ¿qué caracteriza a esto líderes? Hay cinco cualidades.
El Economista