Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del viernes 14 de febrero 2020. Lozoya: ¿qué tanto sabían Meade y González Anaya?: Alguien que usa el helicóptero con pasión de nuevo rico seguramente dejó huellas en todo lo que tocó. En poco más de tres años, Emilio Lozoya hizo 727 traslados, de su casa a la oficina, ida y vuelta. Para visitar la oficina de un amigo que estaba en la zona de Polanco, a 1 kilómetro de la torre de Pemex, realizó 55 traslados.
“Tal y como está diseñado en México, el outsourcing es un atraco a los derechos de los trabajadores”.
Lozoya: ¿qué tanto sabían Meade y González Anaya?
Luis Miguel González, El Economista: “¿Qué pruebas tiene Emilio Lozoya contra Luis Videgaray y Enrique Peña? Ésta es la pregunta más morbosa de todas las que están en el aire. Hay otras cuestiones que también vale la pena plantear en voz alta: ¿qué encontró José Antonio González Anaya cuando ocupó la oficina de Lozoya y por qué no presentó una denuncia formal? ¿qué sabía José Antonio Meade de lo que pasó en Pemex y qué hizo con la información? Por respeto a la enorme inteligencia de González Anaya y Meade Kuribreña me niego a pensar que ellos no encontraron nada. Lozoya actuaba con arrogancia de quien cree pertenecer a una casta divina y también con la seguridad de quien sabía que tenía el apoyo del presidente. Alguien que usa el helicóptero con pasión de nuevo rico seguramente dejó huellas en todo lo que tocó. En poco más de tres años, Emilio Lozoya hizo 727 traslados, de su casa a la oficina, ida y vuelta. Para visitar la oficina de un amigo que estaba en la zona de Polanco, a 1 kilómetro de la torre de Pemex, realizó 55 traslados. El director mantuvo su uso intensivo del helicóptero, a pesar de las pérdidas gigantescas de la empresa… ¿Es la detención de Lozoya la clave para que en México estalle el caso Odebrecht como ocurrió en otros países? (…) ¿Por qué conformarse con Odebrecht? Las autoridades deberán investigar las relaciones con OHL, una compañía de la que Lozoya fue consejero y a la que también se le ha asociado con escándalos de corrupción en España y México. Está el expediente de la compra de Agronitrogenados, en la que Pemex pagó una fortuna por una planta chatarra. La merma patrimonial para la empresa fueron 750 millones de dólares. Está también la compra de los astilleros en Galicia, que le costaron a la petrolera 50 millones de euros y la venta de las acciones de Pemex en la petrolera Repsol. Fue una operación de 2,090 millones de dólares, donde las cifras tampoco cuadran. El denominador de todas estas operaciones fue el daño patrimonial para Pemex y la ineficiencia de los órganos de vigilancia de la empresa y el gobierno. Lozoya podía tomar decisiones por valor de miles de millones de pesos, a pesar de sus limitaciones y excesos. ¿Cómo será el proceso de Lozoya? Lo que el exdirector de Pemex sabe y significa podría alimentar el guion de una serie de Netflix más interesante que las dedicadas a los narcos, pero no está claro que Lozoya vaya a colaborar ni que la 4T vaya a llamar a testificar a las personas clave: Videgaray, Peña, Meade, González Anaya, Miguel Messmacher…, los consejeros independientes de Pemex: Jorge Borja Navarrete, Alberto Tiburcio, Octavio Francisco Pastrana y Carlos Elizondo Mayer-Serra. Ellos fueron testigos de la mala gestión de Emilio Lozoya. Podrían ayudarnos a entender qué pasó, ¿qué peso tuvo la corrupción, qué tanto la arrogancia o la estulticia y cómo influyó la inercia burocrática de la mayor empresa de México?”
Los pocos impuestos que pagan las empresas
Enrique Quintana, El Financiero: “Quizás una parte de los 75 empresarios que aceptaron comprar al menos 20 millones de pesos en boletos de lotería tenga una cierta conciencia de culpa. No prejuzgo. Habrá otros que quizás tengan la convicción de que hay que darle más dinero al gobierno para que tenga recursos para programas sociales. Y habrá otros que simplemente quieren quedar bien para hacer negocios con el gobierno. Cada uno sus convicciones y sus intereses. Pero déjeme regresar a la razón por la cual creo que hay conciencia de culpa: las empresas más grandes en México pagan pocos impuestos. (…) Decisión unánime en Banxico. En contraste con lo ocurrido en anteriores reuniones de política monetaria, en la de ayer la decisión de bajar en un cuarto de punto las tasas de interés fue tomada por unanimidad. Le expresé ayer en este espacio que pensaba que habría una decisión dividida, en función de la visión que había expresado en reuniones previas el subgobernador Gerardo Esquivel. Ahora ganó la prevención y aun Esquivel estuvo de acuerdo con la baja de solo un cuarto de punto porcentual. Se configura una condición en la que crece la probabilidad de que venga una nueva baja para el próximo 26 de marzo o a más tardar el 14 de mayo. Se valida el panorama de que en este 2020, tengamos un descenso de 0.75 puntos en las tasas y terminemos en 6.50 por ciento”.
Julio Astillero: “Es la hora de los apresurados deslindes en la élite de lo que queda del Partido Revolucionario Institucional (PRI) respecto de la situación de Emilio Lozoya Austin, el ex director de Pemex caído no sólo en desgracia política, sino ahora también caído en cárcel española en espera de que se defina si lo extraditan a México. Una de esas voces de desmarque es la de Miguel Ángel Osorio Chong, quien fue secretario de Gobernación durante la administración de Enrique Peña Nieto hasta que fue postulado a una senaduría que actualmente ocupa. El ex gobernador de Hidalgo ha sido enfático en señalar que él no tuvo ninguna relación verdadera con Lozoya, pues las actividades de este no le tocaban, no era mi área. A quien sí le tocaban y sí era su área era a Luis Videgaray Caso, el virtual vicepresidente del área económica que a lo largo del sexenio peñista sostuvo una dura pelea con el encargado formal de los asuntos de gobernabilidad y de política interna del país, como lo fue el citado Osorio Chong. Se mantuvo una competencia fuerte entre ambos, aunque ha de decirse que usualmente la balanza se inclinaba de manera marcada a favor de Videgaray, quien era el verdadero poder operativo en Los Pinos, el estratega general, virtual cerebro sustituto de quien ocupaba la silla presidencial muy bien peinado pero muy mal habilitado para las artes mayores de la política y la economía”.
El Empresario Solitario Y La Rifa Del Avión
Jorge G. Castañeda, Nexos: “Se supone que mañana miércoles el presidente López Obrador recibirá a merendar (como decía mi abuelita) a un grupo importante de empresarios en Palacio Nacional. Algunas versiones hablan del Consejo Asesor Empresarial; otras mencionan un conjunto más nutrido. Todas concuerdan que el tema será la famosa no-rifa del no-avión y de quién comprará los no-cachitos del no-sorteo de la Lotería. El encuentro podría ser una magnífica oportunidad para que por lo menos un magnate mexicano le diga por fin que no a López Obrador, en privado pero también en público, como lo insinúa Leo Zuckermann en su columna de hoy. Por una sencilla razón: se trata de un sablazo a la mexicana, shake-down en inglés, o vil extorsión en el odioso lenguaje leguleyo de los abogados. (…) Se entiende que AMLO busque distraer con la tontería del avión presidencial. Es lógico también que nadie piense que vale realmente la pena subrayar la multitud de errores que encierra esta tragicomedia nacional en particular. Pero como AMLO y su gente saben que las cuentas no cuadran… No faltará quien en algún momento equipare la compra de boletos con los donativos de campesinos y señoras alhajadas al fondo de Lázaro Cárdenas para pagarle a las compañías petroleras. Toda la burocracia federal y en los estados de Morena se verá instada o francamente obligada a comprar boletos. Igual no alcanza. De allí el sablazo a los empresarios, que se parece como dos gotas de agua al de Carlos Salinas en 1993, a favor de la campaña presidencial del PRI, el famoso pase de charola encomendado a Antonio Ortiz Mena. En aquella ocasión surgieron múltiples rumores de quienes se negaron a apoquinar los 25 millones de dólares exigidos. Nunca se supo con certeza quién sí, y quién no. ¿No habrá, en la merienda de tamales de mañana, un empresario mexicano que se niegue a aportar, y que lo diga? ¿Es a tal punto sólida la convicción del CCE y del CMN de que hay que evitar a toda costa cualquier enfrentamiento con López Obrador que nadie se atreverá a negarse a la extorsión, y a proclamarlo? Sin excesos, sin aspavientos, sin estridencia: solo salir de Palacio, convocar a la prensa y responder así a la pregunta inevitable de “¿Qué pasó?”: “Nos pidieron una contribución a la compra de los boletos de la rifa; yo dije que no”. ¿Ni uno?
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