La reconstrucción de instituciones civiles y de seguridad en Afganistán, luego de la invasión de Estados Unidos a ese país a finales de 2001, es una de las “fallas más significativas” de Washington, concluye un informe recientemente entregado al Capitolio.
Titulado Lo que necesitamos aprender: lecciones de 20 años de reconstrucción en Afganistán, el reporte especial desmenuza las estrategias diseñadas por tres presidentes de Estados Unidos sobre la presencia militar en Afganistán, hasta la decisión del actual mandatario, Joe Biden, de replegar al Pentágono de ese país a más tardar este martes 31.
“Ha habido aspectos brillantes, la baja en la mortalidad infantil, el incremento en el ingreso per cápita y la alfabetización entre los afganos”, resalta el reporte entregado al Congreso federal estadunidense.
El análisis elaborado por la Oficina del Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán, creada en 2008 por orden del Capitolio, define como un desperdicio al gasto de 145 mil millones de dólares que hizo Estados Unidos durante las dos décadas de intervención.
La suma multimillonaria que invirtieron en Afganistán los gobiernos de George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump se destinó a reconstruir a las fuerzas de seguridad afganas, instituciones civiles, a la economía y sociedad civil, pero los objetivos no se alcanzaron.
Inmediatamente después de que Biden diera por terminada la presencia militar de su país en Afganistán, en unos 10 días los talibanes, replegados y relegados del poder en 2001 por la invasión orquestada y ordenada por Bush, recuperaron el poder y el control de su país.
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