Nuevo paquete económico, sin «sorpresitas» fiscales

El Paquete Económico para 2022 que entregará la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Congreso en septiembre próximo será muy inercial, ante la ausencia de una reforma fiscal, estimaron analistas.

Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó que el presupuesto es considerado inercial debido a que no se prevé una reforma fiscal profunda, sino que se buscará elevar la recaudación con una reforma administrativa.

“Se estima que reforzarán la fiscalización mandando la señal de tasas efectivas mínimas tratando de combatir la evasión, simplificar para que sea más sencillo el pago de impuestos; habrá que estar pendientes si la miscelánea fiscal trae algo más”, añadió.

Gabriel Casillas, presidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF, consideró que el paquete económico, tal como lo están planeando, “es muy inercial, es mucho de lo que han venido dando”.

Destacó que la parte positiva, y es uno de los triunfos del gobierno, es la política de no endeudamiento. Asimismo, consideró que podría haber modificaciones que fortalezcan las finanzas públicas y al mismo tiempo generen crecimiento.

El IMEF estima un crecimiento de 2.8 por ciento para 2022, muy por debajo del 6.0 estimado para el presente año, y prevé que el balance público tradicional presentará un déficit de 3.0 por ciento del PIB.

Para Miguel González, coordinador del Centro de Estudios Financieros y de Finanzas Públicas (CEFI) de la UNAM, el paquete económico no va a buscar reactivar la economía.

El comportamiento económico del país, dijo, va a depender de la inversión privada y del efecto de arrastre de la economía de Estados Unidos. “Dependeremos de que el Gobierno ofrezca certidumbre y que respetemos los acuerdos del T-MEC. El gran agujero presupuestal seguirá siendo Pemex”.

Añadió que son muchos los compromisos de gasto social que ha adquirido el actual gobierno, pero se mantiene con cierta rigidez el esquema de ingresos y mantiene la estabilidad fiscal a costa de una absurda austeridad.

El Financiero