La transformación constante en los procesos de negocio demanda una serie de nuevas habilidades en la fuerza laboral para adaptarse a los cambios, especialmente los que son producto de la automatización y digitalización. Cada generación de trabajadores comparte una serie de características y, en ese sentido, existen áreas de oportunidad en desarrollo de competencias para cada grupo.
De acuerdo con un n análisis de Evaluar, hay al menos cinco habilidades blandas que debe desarrollar cada generación para mantenerse competitivo en el mercado. Esta lista está basada en los rezagos que pressnta cada grupo de trabajadores en las competencias de alta demanda.
Por nivel de importancia, las áreas de oportunidad en cuanto a habilidades blandas para cada perfil son:
» Centennials (25 años o menos)
Orientación al Cliente
Integridad
Comunicación efectiva
Orientación al logro
Trabajo en equipo
» Millennials (26 – 41 años)
Inteligencia emocional
Optimismo
Resiliencia
Apertura y flexibilidad al cambio
Liderazgo facilitador
» Generación X (42 – 57 años)
Inteligencia emocional
Capacidad de trabajo a distancia
Proactividad
Liderazgo facilitador
Gestión de conflictos
» Baby Boomers (mayores de 58)
Inteligencia emocional
Apertura al cambio
Resiliencia
Capacidad de trabajo a distancia
Resolución de problemas
De acuerdo con la firma Page Resourcing, las habilidades blandas más demandadas a lo largo del 2022 serán la agilidad, adaptabilidad, resiliencia, colaboración y mentalidad de crecimiento.
Estas competencias son cada vez más valoradas por las empresas porque le permiten a las personas adaptarse a nuevos entornos, transitar a nuevos puestos de trabajo frente al avance tecnológico, resolver problemas difíciles y tener más creatividad e innovación, entre otros aspectos.
Según Indeed, el mayor énfasis en las habilidades blandas es una de las tendencias fuertes para este año. Aspectos como la empatía, el liderazgo, la negociación y la autogestión se posicionarán aún más como competencias altamente valoradas, en especial en un contexto de mayor flexibilidad laboral.
El Economista




