Robo de piezas, un buen negocio dentro del Hospital General de Tacuba

Si una persona afiliada al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se quiere atender una enfermedad ocular, el procedimiento no será el normal. Es decir, no podrá sacar una cita, recibir una consulta y ser operado, si es que se requiere, debido a que esta área está subrogada, es decir los servicios se otorgan a través de un tercero.

Esta situación es la que se enfrenta en el Hospital General de Tacuba de la Ciudad de México, donde los servicios están subrogados, algo que está permitido por la ley. Aunado a ello, está el robo hormiga que se reporta dentro del hospital, ya que se han comprado aparatos para ofrecer mejores servicios, pero las piezas han desaparecido y por lo tanto ya no es posible utilizarlos, lo cual ha dado pauta a que se subroguen estos servicios.

Personal médico del Hospital General de Tacuba compartió sus testimonios y pruebas documentales a SinEmbargo. Solicitaron anonimato al asegurar que estas prácticas son de conocimiento de los directivos de la clínica y temen represalias. El caso del área de oftalmología, aseguraron, es lo que ocurre en el resto.

De acuerdo con datos del ISSSTE, los contratos de prestación de servicios cuestan 5 mil 900 millones de pesos anuales; la mayoría se va en arrendamiento de insumos y equipos con empresas privadas. La dinámica para ofrecer los servicios es dictada por la ausencia de equipos funcionales y disponibilidad de material, por lo que se depende de proveedores privados.

El 27 de mayo pasado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió al tema de la subrogación y en específico, a los negocios que esta práctica genera: “ El caso más triste y reprobable es lo de la subrogación de los servicios de salud, lo que se hizo en el ISSSTE […] lo de la Guardería ABC fue por eso, porque, a ver, a hacer negocios. ‘¿Para qué el Seguro va a estar administrando guarderías?, pues mejor se subrogan, se hacen contratos. A ver, tú, que te conozco, que eres mi amigo, forma tu asociación y firmamos un contrato, y consíguete un local y contrata a maestras, a maestros, a trabajadoras sociales y vas a tener un ingreso, y es un negocio, te va a ir muy bien’”.

Agregó ese mismo día que el ISSSTE se quedó “como un cascarón porque sus funciones básicas, sustantivas, todas se subrogaron, se privatizó”.

Esta es una práctica que se permite y está establecida en el Reglamento de Servicios Médicos del ISSSTE, que indica que los servicios subrogados son aquellos que el Instituto brinda por medio de convenios celebrados con quienes tuviesen establecidos dichos servicios para complementar la prestación de la atención médica en los casos en que el Instituto no cuente con la posibilidad de prestar los servicios de salud o aun contando con éstos, la demanda supere la capacidad instalada. Por lo tanto, se pueden celebrar contratos o convenios para subrogar los mismos.

En el caso del Hospital de Tacuba, la subrogación de los servicios empezó por el robo de piezas fundamentales para el funcionamiento de los aparatos.

Sin Embargo