“En Sapos en la lluvia (FCE) se plantea esta pregunta de si infancia es destino o no y qué tanto se puede uno alejar de lo que te ha construido”, comenta la escritora Ghada Martínez sobre la materia que alimenta este libro de seis cuentos con el que ha debutado en la escena literaria.
Su obra realiza una serie de cuestionamientos sobre las diferentes violencias que se dan en los núcleos familiares y en las relaciones entre padres e hijos, centrándose en la mayoría de los relatos en el rol de la madre, a partir de una visión que rompe con el estereotipo al que se le ha obligado enmarcarse.
“(Es) un cuestionamiento al núcleo familiar y a qué tanto es realmente sano o lo mejor para nosotros porque luego está esta idea de que la madre, de que la familia buscan lo mejor para nosotros y saben qué es mejor para nosotros, pero a veces no”, comentó la autora en entrevista.
Ghada Martínez teje cada una de sus historias con una serie de emociones, situaciones y escenarios ambivalentes en los que tienen lugar tanto la ternura y el amor, como el horror y la miseria. Esa misma característica se extiende hacia algunos de los personajes que provocan en el lector todo tipo de impresiones.
«Los personajes de Sapos en la lluvia son personajes con sus destellos luminosos pero también con sus monstruos y yo en realidad creo que así somos todos, es algo inherente a la esencia humana”, expresó Martínez al respecto.
De esta manera, en sus cuentos se puede conocer la perspectiva de la inocencia a partir de la historia de un menor que tiene que lidiar con los horrores de la violencia; la de una hija que vive con su madre en una relación de amor y odio; la de dos hermanos, cuyo día a día está marcado por la depresión de uno de ellos; la de una mujer que recuerda su infancia con un familiar rezagado de la convivencia; la de una niña que tiene que aguantar los designios religiosos, y en un última instancia, la de dos amigas que se funden en una relación que da luces a su entorno familiar.
“Siempre que me preguntan yo digo que Sapos en la lluvia es un libro que habla sobre los silencios porque uno lee las anécdotas y aparentemente son cotidianidades e incluso he escuchado que algunas personas lo clasifican como costumbrista y entiendo en el sentido de que son las vidas diarias de ciertos personajes y en donde aparentemente pues no pasa nada, pero detrás de este no pasar nada, las acciones que llevan en su vida diaria hay un montón de cosas debajo y hay cosas que muchas veces son incómodas de hablar”, señaló en ese sentido Ghada.

—Sapos en la lluvia, tu ópera prima, un libro con seis cuentos retrata desde muchos aspectos la infancia, pero lo hace con historias en donde los acecha lo funesto. ¿La infancia siempre yace bajo una amenaza permanente?
—Yo creo que indudablemente la infancia es una etapa muy importante de la vida, pero no solo eso, sino muy frágil porque es cuando aprendemos cómo es el mundo, nos formamos una idea de cómo es nuestro entorno entonces al ser la etapa más maleable de nuestras vidas, pues indudablemente hay muchas cosas que pueden salir mal y sobre todo porque quieras o no nuestras relaciones, nuestros contextos pues están llenos de claroscuros, de cosas que pueden ser lindas, de amores que pueden ser sanos y bonitos, pero también de violencias y de cosas que son dolorosas. Yo no estoy segura de qué opino al respecto, pero en Sapos en la lluvia se plantea esta pregunta de si infancia es destino o no y qué tanto se puede uno alejar de lo que te ha construido, es una pregunta abierta.
—En cada una de las historias expones la relación entre hijos y su madre, cada uno a su manera, en unos se desarrolla más y en otros se menciona de pasada. ¿Por qué tus personajes enfrentan estas maternidades lejos del estereotipo en el que se les obliga a enmarcarse las mujeres?
—Para mí era importante plasmar esto que te comento como esta ambivalencia y estas contradicciones que se pueden dar en nuestros apegos más cercanos y qué apego más cercano que el que de la madre, que es más visceral y uno siempre piensa o se supone que la madre es una instancia que nos da seguridad, que nos da ternura.
Idealmente siempre está ahí para nosotros, pero claro, en el mundo real, esto no es siempre cierto y me intrigan, me inquietan un poco estas maternidades donde hay amor, hay un apego importante, hay cariño, pero que de alguna manera esto se tuerce y se vuelve un poco oscuro, incluso violento, como en el caso del cuento de “La madre espera” y creo que en general los cuentos del libro donde se menciona la figura de la madre es simplemente poner en tela de juicio el papel estereotípico de la madre pues finalmente las mujeres, antes de ser madres son mujeres, y los hijos también somos personas, no solo hijos, entonces es complejo porque al final de cuentas uno podría decir ‘buena madre, mala madre’ pero cada.
Sin Embargo




